La doncella de Orléans

Juana de Arco (1412-1431) - La doncella de Orléans

Retrato imaginario de Juana de Arco.

Óleo sobre pergamino de los siglos XIX - XX

       Juana de Arco, heroína francesa y santa de la Iglesia Católica, nació el 6 de enero de 1412 en una pequeña comunidad francesa de Domrémy, en el seno de una familia campesina acomodada. Su infancia quedó marcada por la cruel y sangrienta Guerra de los Cien Años. Mientras las tropas asolaban el país, Juana, con trece años, se enfrentó a una serie de visiones divinas que cambiarían su vida para siempre. Estas le aconsejaron llevar una vida devota y piadosa. Años más tarde fue Dios, en esas visiones, quien le encomendó otra misión: unirse al ejército del Rey de Francia para ayudarle a recuperar el trono.

       Ataviada con ropas masculinas se desplazó a la corte de Carlos VII para convencerlo de que ella era la enviada para ayudarle a reconquistar Francia.

       La guerrera pidió alistarse en sus filas, pero la rechazaron. No cejó en su empeño.

       Finalmente, el heredero francés acabó confiándole el mando de una milicia de más de cinco mil hombres. Juana de Arco consiguió derrotar al enemigo, lo que permitió la coronación de Carlos VII de Francia.

       Antes de regresar a su casa participó en dos combates más y, en la última, en Compiégne, fue capturada por el ejército inglés.

       Trasladada a Ruán y juzgada por un tribunal eclesiástico, fue acusada de brujería.

Juana a caballo según una ilustración de

"Les vies des femmes

célèbres" ("Vida de mujeres célebres")

de Antoine Dufour (1504)

       Murió quemada en la hoguera en la plaza de Ruán con tan solo 19 años. Fue beatificada y canonizada siglos más tarde, convirtiéndose en la patrona de Francia y en símbolo de la unidad nacional.

       Juana de Arco se convirtió en una figura semi-legendaria durante los cuatro siglos posteriores a su muerte. Es considerada como un ejemplo positivo de mujer valiente y activa.